Pareciera que la oscuridad que envolvió primeramente mi diagnóstico de cancer avanzado, hace ya casi tres años, generó una luz inexplicable dentro de mí. El cambio de dieta me trajo un sentido de ligereza, las caminatas diarias me dieron agilidad, las lecturas cristianas, judías y budistas me dieron sustento, los libros científicos sobre el cáncer me informaron, los suplementos, la terapias convencionales y alternativas me ofrecieron tiempo y todo junto, sobre todo, Esperanza. Mi cambio radical se transformó en una combo que me ayuda a diluir el dolor y el cansancio en una actitud inexplicable para mi estado actual de salud que me hace sentir hoy más saludable que nunca.

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